Mitos y verdades sobre los seguros: lo que debes saber antes de contratar uno

30 DE NOVIEMBRE DE 2025

¿Alguna vez escuchaste decir “tengo un seguro que nunca voy a usar” o “el seguro solo sirve si me pasa algo grave”? Los seguros están rodeados de mitos, y aunque suene inofensivo, cuando se trata de una emergencia, creerlos puede dejarnos sin la protección que necesitamos.

De hecho, estudios muestran que más del 50% de las familias que enfrentan un gasto médico inesperado terminan endeudándose o usando sus ahorros (Equifax, 2025). Y a nivel global, 1 de cada 3 personas ha tenido que cubrir de su bolsillo un imprevisto que habría podido estar cubierto con ayuda de un seguro (OMS, 2023).

Con esto en mente, desmintamos algunos de los mitos más comunes sobre seguros:

Mito 1: “Si tengo buena salud o soy joven, no necesito un seguro”.

Realidad: Es cierto que la edad y el estado de salud pueden influir en el costo de un seguro, pero eso no significa que los jóvenes y personas sanas no necesiten estar aseguradas. De hecho, durante la juventud es el momento ideal para adquirir un seguro de salud, ya que suele ser menos costoso en esta etapa de la vida.

Los seguros te protegen frente a diferentes imprevistos además de enfermedades, como accidentes, o robos. Estas son situaciones fortuitas que no distinguen edad, y los datos lo confirman: Solo entre enero y mayo de 2024 se registraron 12.082 robos a personas en Ecuador —un promedio de 71 robos por día en los primeros meses del 2025 (Fiscalía General del Estado).

Seas un adulto joven o mayor, no se trata de esperar lo peor, sino de estar preparado para lo que pueda pasar.

Mito 2: “Los seguros son una pérdida de dinero, no los voy a necesitar”.

Realidad: Muchas personas subestiman el valor de los seguros hasta que enfrentan una situación inesperada, como una enfermedad catastrófica o la falta de fondos para cubrir consultas médicas. En Ecuador, los hogares afrontan hasta un 40% del gasto en salud con recursos propios, y alrededor de un 32-33% del total del gasto proviene directamente de pagos hechos por las personas, sin ningún tipo de seguro (OIT, 2024).

En este contexto, los seguros están diseñados para brindar protección financiera en momentos difíciles. Contar con un seguro adecuado a tus necesidades puede marcar la diferencia entre enfrentar una dificultad financiera y tener la tranquilidad de saber que estás respaldado.

Mito 3: “Los seguros médicos solo sirven para emergencias”.

Realidad: Los seguros de salud o médicos sí brindan una cobertura importante para situaciones de emergencia, pero también son valiosos para gastos médicos de rutina, planificación familiar y ciertos servicios preventivos como telemedicina. Un seguro médico puede ayudarte a gestionar los costos de consultas, medicamentos, exámenes, terapias, entre otros.

En Ecuador, enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, y las afecciones cardiovasculares, ocasionan 24% de las muertes de la población (MSP, INEC; 2025).

A pesar de esto, solo el 10% de los ecuatorianos cuenta con un seguro privado, y muchos deben pagar de su bolsillo hasta el 40% del costo de su atención médica, lo que limita el acceso a consultas y tratamientos tempranos (La Hora, 2024).

Mito 4: “El seguro de mi trabajo ya me cubre todo”.

Realidad: El seguro corporativo ofrece coberturas adecuadas para la mayoría de las personas, pero pueden ser limitadas frente a emergencias, enfermedades o necesidad específicas.

Tener un seguro privado adicional como respaldo complementa y amplía esta protección.

Por ejemplo, un seguro de salud corporativo, o incluso privado, no siempre cubre diagnósticos de cáncer. Para ello, existen seguros oncológicos que están diseñados específicamente para cubrir los costos de diagnóstico, tratamiento, quimioterapia, radioterapia y seguimiento especializado.

En Ecuador, un paciente con cáncer puede gastar hasta $17.500 en su tratamiento, por lo que, contar con un seguro oncológico garantiza que puedas acceder a los tratamientos necesarios sin que representen un gasto pesado para tu familia (Primicias, 2024).

Mito 5: “Contratar un seguro es complicado y lleno de trámites”.

Realidad: El proceso de contratar un seguro se ha simplificado progresivamente con el uso de plataformas digitales, evitando papeleos interminables y visitas presenciales.

Lo importante es conocer a fondo lo que cubre tu póliza o contrato y tener a la mano la documentación requerida.

Por ejemplo, desde tu App Banco Guayaquil puedes asegurar tu cuenta de ahorros o corriente y tarjeta de débito, en caso de robo o clonación, en pocos minutos. Así como también puedes proteger la deuda de tu tarjeta de crédito con un seguro de desgravamen.

Los seguros no son complicados si te asesoras correctamente. Te dan respaldo cuando más lo necesitas. Desmentir estos mitos es el primer paso para tomar decisiones informadas y proteger lo que más valoras: tu vida, tu familia y tu dinero.

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